El 15 de noviembre de 1922 es un doloroso pasaje de la historia ecuatoriana que nos revela una dinámica que , lamentablemente, en forma general se produce cuando los oprimidos reclaman por sus derechos ante quienes ostentan el poder (sean estos de cualquier signo,color o ideología) . Mientras mayor sea el poder que acumule una persona o grupo de individuos de cualquier tinte ideológico, más brutal y descomunal por ende será el proceso represivo.

Esta es la característica esencial del ser humano desde la época de las cavernas hasta nuestros días y así observamos que a lo largo de la historia, hechos abominables han querido ser disfrazados o  sublimados como «procesos revolucionarios» que requieren de acciones brutales para llegar a concretar «su utopía», pues quienes llevan a cabo estos actos, responsabilizan » al llamado de los signos del tiempo» que se imponen por si solos reclamando «justicia» y una lucha sin tregua por » el  bien común» ,que al final, aunque el sacrificio requiera mancillar a miles de seres humanos, nos conducirá a las puertas del paraíso…  ya que cualquier masacre se justifica como medio.

No en vano hay un conocido refrán que señala: «el camino al infierno esta lleno de buenas intenciones » . Este refrán precisamente nos indica como las «buenas intenciones» de los revolucionarios de turno llegan a transformar la vida de la sociedad en un infierno permanente.

Naturalmente, una fecha tan simbólica como de hecho lo es el 15 de noviembre de 1922, no podía pasar desapercibida por el Señor presidente Rafael Correa como medio para contrastar un acto tan punible con su «milagro ecuatoriano» de equidad y revolución del trabajo, señalando a los plutócratas, banqueros corruptos, testaferros de turno , sin olvidar su ya clásica y desgastada frase «larga noche neoliberal» como culpables absolutos .

Sin embargo ,valdría la pena cuestionar: ¿De qué revolución del trabajo habla el señor presidente Correa?  cuando por ejemplo , el 28 de octubre del 2011 a las 9:30 de la mañana, personal del ministerio de relaciones laborales, a nombre del aquel entonces ministro , Richard Espinosa, junto con la fuerza pública, irrumpieron dentro de las instalaciones del Hospital Guayaquil con metralleta en mano  , denigrando y expulsando a cientos de médicos, incluso cuando estaban atendiendo a los pacientes en el cumplimiento de su labor profesional .

Médicos con más de 30 años de servicio de vida noble, dedicados a mitigar o curar las dolencias de los enfermos, fueron tratados como delincuentes por esta horda primitiva a nombre de la Revolución Ciudadana para alcanzar la limpieza del servicio público nacional, pues allí solo debía estar gente «con mentes lúcidas, manos limpias y corazones ardientes» por la revolución, que no significa otra cosa que tener individuos con castración cognitiva y emocional, súbditos absolutos del dictador de turno o lo que hoy se conoce como «talento humano» que no es más que la castración de la voluntad y autonomía.

Al atropello antes mencionado, Rafael Correa lo bautizó como «Renuncia voluntaria/obligatoria» y no conforme con esto, se presentó en los medios de comunicación, acusando a los médicos ultrajados de «ladrones y corruptos», pese a no tener una sola prueba .

Adicionalmente, a principios de este año, miles de profesores de universidades del estado fueron despojados de sus puestos, violando La Ley Orgánica del Servicio Publico . Pero todo lo señalado anteriormente, es tan solo la expresión máxima de los muchos atropellos que comete el régimen con el objetivo de depurar su proceso revolucionario, como el haber extirpado la jubilación patronal , un derecho adquirido tan vital o el robar las utilidades de los trabajadores de las telefónicas privadas .

Al parecer, el presidente padece de una singular «amnesia selectiva» cuando se trata de los abusos y violaciones de su régimen , conducta que no sorprende, pero indigna, puesto que  con mucho afán se ha dedicado desde a imponer lo que debemos recordar hasta lo que la memoria colectiva debe olvidar .

¿Qué clase de justicia ha venido a implantar Rafael Correa ? si ha empleado los mismos métodos que tanto critica…. ¡Solo que de manera socavada mediante un estupendo y costoso aparato de propaganda !

Ante toda esta bellaquería del gobierno que hoy nos azota, es oportuno reflexionar en relación a que una cosa es ser hombre y otra muy diferente es ser un «homo humanus» ya que precisamente, el haber introyectado el sentido de lo «humanus» es lo que separa a un individuo del bárbaro y del vulgar sin paide (educación) y allí radica la noción del respeto por los valores morales junto con esa mezcla de aprendizaje y urbanidad que es lo que da sentido a las normas de comportamiento concordante según el rango de mando correspondiente.

La esfera de  «homo humanus» son valores que debe ostentar quien ocupa un cargo público , más allá del carácter revolucionario que tenga. ¿Qué sería de un hombre que llega al poder solo como homo? . Un ejemplo ambulante es Rafael Correa , por tal motivo no nos debe  extrañar su incontinencia verbal y pérdida de toda noción de límites en los deberes del trato.

De hecho, NO HAY UN SOLO GENOCIDIO EN LA HISTORIA QUE NO HAYA SIDO LLEVADO ACABO CON LA MEJOR DE LAS INTENCIONES Y OBJETIVOS SUPREMOS SEGUN SUS EJECUTORES. El holocausto desde la óptica Hitler fue para preservar a la humanidad de la amenaza de los judíos. Papa Stalin en la antigua Unión Sovietica se dio un banquete exterminando a 20 millones de rusos. Robespierre encarna el sentido de justicia revolucionaria utilizando la guillotina como medio rápido para eliminar a todo aquel que tenga la osadía de manchar los sagrados planes e instaurar el terror como forma de preservación de la  revolución

Fidel Castro es otra de las perlas representativas de estos especímenes en el siglo 20, especímenes que se trepan al tren de cualquier ideología para saciar sus apetitos y frustraciones personales, encarnados en «Idealizaciones Mesiánicas» . El menú es demasiado extenso y el espectro demasiado grande, ya que los sátrapas se visten de todos los colores porque como dice Henry Kissinger  «El poder es el máximo afrodisiaco»  .

Otras muestras son Rafael Trujillo, Rafael Videla y su pandilla, Pinochet, Franco, Stroessner …en fin … el escenario histórico es basto y profundo cuando de elementos sórdidos se trata  . Individuos para quienes el poder absoluto es el único vehículo capaz de rescatarlos  de su impotencia.

La imagen pictórica representativa de estos seres lo expresa Goya en su cuadro  «Saturno devorando a sus hijos» …  Monstruos que emergen en el sueño de ideales y utopías .

Humanitis fragiles, humanitas caduca